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THE SECRET OF TIAMAT

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"An allegorical work in which its author outlines between lines the inner search of the human being" ✽ ✽ ✽ "Who are we, where do we come from and where are we going? These are the three questions in which the human being continues to be immersed. Perhaps this book can offer some light to the first two, but the last one depends exclusively on the path we take as a civilization." ✽ ✽ ✽ Topics: Hollow Earth, Intraterrestrials, Anunnaki, Reptilians, Dracos, Conspiracy, Elite... Synopsis In the late 1950s, four explorers called on a mysterious expedition to Antarctica experience the most fascinating and dangerous adventure of their lives. A fast-paced journey in which, while fighting a tough internal battle, they will discover the most amazing and best-kept secret in the history of mankind; something that would forever transform the concept of reality. However, from the shadows, a powerful secret organization that pulls the strings of the world will make its best so tha

PAN DURO - Acto 10

Donde Joel siente latir su corazón  Este es un punto importante de esta línea de tiempo, y por ello me desplazaré adelante un par de años, exactamente a 1936, allá por el mes de julio. La Segunda República española comenzaba a sentir que sus quebradizos muros eran golpeados por una crisis política, social y religiosa, que finalmente desencadenaría en una guerra civil. Por suerte para Joel aún tenía dieciséis años, de modo que evitó ir al frente. Esta particularidad lo protegió de actuar directamente en aquel desafortunado hito de la historia española. A Carlos, su inseparable amigo, le ocurrió exactamente lo mismo. Sin embargo, otros conocidos, vecinos y compañeros sí que cumplían el requisito de la edad. La tristeza invadió su pecho durante meses. Joel no conseguía entender el porqué de aquella estúpida lucha de ideologías, incluso a veces entre miembros de una misma familia. Tal cosa lo trastocó tanto que dedicaría gran parte de su tiempo en descubrir el motivo de tan inútil enfrenta

PAN DURO - Acto 9

Ascenso. Viernes de merienda  El Capitán de la Guardia Civil don Miguel Gutiérrez pertenecía a la Unidad de Seguridad Ciudadana y era conocido en el vecindario, no sólo por su vinculación a dicho cuerpo militar, sino también por pertenecer a una respetada y distinguida familia de la alta sociedad sevillana. La casa en donde vivía fue construida por sus antepasados. Varias generaciones habitaron en ella. Acababa de conseguir lo más preciado que puede obtener un militar: un ascenso, en este caso a Comandante. Sin embargo, aquella tarde llegó a casa con un sentimiento contrapuesto. Había algo que le preocupaba. Doña Esperanza Aiza, que celebró la noticia efusivamente, abrazó con fuerza a su marido, dándole la enhorabuena. —¡Cariño eso es maravilloso! Pero don Miguel Gutiérrez no reaccionó del mismo modo al entusiasmo de su esposa. —¿Qué te ocurre? ¿Por qué tienes esa cara? Deberías estar dando saltos de alegría. —Ya... Pero... —¿Te das cuenta que ahora podremos tener todo cuanto habíamos

PAN DURO - Acto 8

Donde Joel experimenta… Su gran inquietud por aprender y el paso de los años lo convirtió en un hombre entusiasmado por el conocimiento. Cuanto más se instruía más preguntas se hacía, por lo tanto, mayor era su necesidad de adentrarse en la búsqueda de la verdad. Buscó comprender la naturaleza de la vida, de sus formas, perfectas e imperfectas. Profundizó hacia los pasajes oscuros y fríos de la sociedad conociendo así su infinita complejidad. Nada le atraía más que la conciencia humana; el alma se había convertido para Joel Blanco Pineda en el misterio más insondable y absoluto; en una especie de cueva donde adentrarse hacia lo desconocido. De sus pocas aficiones ésta era la que más le apasionaba, cuyas continuas reflexiones lo motivaba a dar un paso más allá. No existe cosa más inquietante para el ser humano que el conocimiento de sí mismo. Pero la vida continuaba, incluso para él. Salió de la escuela con once años porque «ya no tengo nada nuevo que aprender allí, y, además, necesitái

PAN DURO - Acto 7

Los primeros años La sincronicidad se había producido tal y como había planeado. Reiterando lo ya mencionado al comienzo, observar el comportamiento humano y apreciar cómo va desarrollándose su conciencia es mi labor. Percibo las vibraciones. Sólo muevo pequeños hilos para encauzar ciertas líneas de tiempo, exclusivamente las necesarias. A veces desenmarañar la madeja se hace tedioso y pesado, y muchas no se consigue. Ahí es donde tu opuesto te gana la partida. Es lo que hay que evitar. Para el ojo humano esta continua lucha entre el bien y el mal es imposible de percibir. Sin embargo, muchas batallas se libran continuamente a vuestro alrededor. No siempre los movimientos son del gusto de todos, en ocasiones existen sacrificios por un bien común, por un fin mayor.   Una pequeña parte de mi atención era dedicada a estudiar a dos seres que atrajeron mi interés desde un principio; a dos almas que parecían haberse reencontrado en la eternidad para unir sus energías en pos de la destrucción

PAN DURO - Acto 6

Le llamaremos… Feliciano tenía prisas por llegar. Nunca recorrió las calles del barrio más rápido de lo que lo hizo aquella mañana. Su gran temor era que el crío despertase de un momento a otro pidiendo de comer, «y si eso pasa se descubrirá to el pasté. ¿Qué van a pensá los vecinos de mí?», se decía para sí mismo. Si bien, aunque Feliciano era un hombre apacible, cuando los nervios hacían acto de presencia su comportamiento cambiaba radicalmente; se convertía en un viejo bastante irascible y cabezota. Digamos que los cambios repentinos en su vida no los llevaba demasiado bien. Al imaginar que su temor se pudiese convertir en realidad, aquello le propiciaba varias revoluciones más a su corazón. En su rostro se iba dibujando una clara expresión de ansiedad, por lo que su mano derecha, encallada por el esfuerzo del trabajo diario, arreaba con fuerza en la grupa de la burra. El pobre animal, desconcertado, no sabía cómo responder a la señal, ya que jamás había recibido tales manotazos del

PAN DURO - Acto 5

La burra La anciana ordenó al viejo calentar un poco de leche, «no demasiado caliente». Pero existía un inconveniente que le hizo saber Feliciano: «¡es leche de burra, la ordeño todas las mañanas!». Sin embargo, la Clarisa recibió esa información de buen grado, porque según ella, «la leche de burra tiene más nutrientes que cualquier otra leche animal, y vendrá muy bien para dársela al crío», le dijo. Ahora el problema radicaba en cómo hacían para que el bebé la tomase, pues no disponían de ningún biberón ni nada por el estilo. El bebé no sólo no dejaba de llorar, sino que cada vez lo hacía con más furor. De inmediato, la Clarisa vertió un poco de leche en un plato limpio, introdujo un poco de migas de pan hasta empaparlas bien; luego, cogió al crío, y con una cucharilla de palo le fue dando el alimento poco a poco, éste lo recibió en su estomaguito con las mismas ansias de un cachorrillo hambriento. Se lo tomó todo, incluso tuvo que ponerle un poco más. La criatura, con el vientre cali

PAN DURO - Acto 4

La casa de Feliciano Montesinos La hermana María no daba crédito a lo que sus ojos estaban presenciando, incluso los refregó fuertemente varias veces. El corazón le comenzó a latir tan deprisa que creyó desvanecerse de un momento a otro «¡por todos los Ángeles! ¡No puede ser!», pensó la anciana con una mano sobre su pecho. Con alguna dificultad logró llegar hasta la cesta. Unos ojos grandes y grises bajo un charco de lágrimas le aguardaban con mirada impaciente. Se trataba de una criatura de apenas seis meses de vida. La sonrisa arrugada pero tierna de la Clarisa hizo de bálsamo al crío, que pareció entender el gesto y dejó de llorar. Éste nervioso y alegre al mismo tiempo empezó a contraer y a extender las piernecitas como si quisiera salir corriendo. La religiosa lo tomó en sus brazos y lo achuchó con ternura. El bebé, que sintió el calor de la monja sobre los latidos apresurados de su corazón, comenzó a buscar el pecho, cosa que a ella le hizo gracia. Para calmar la ansiedad de la c